Los traumatismos dentales son relativamente frecuentes tanto en la infancia como en la edad adulta por una amplia variedad de causas. Cuando se producen, diferentes partes de la boca pueden verse afectadas, dando lugar a un gran abanico de lesiones.
Las más frecuentes son las que afectan al propio diente o a su sistema de soporte, formado por la encía y el hueso alveolar. Pero, en grandes traumatismos, pueden verse afectadas las estructuras óseas, las mucosas orales o la articulación temporomandibular.
En los casos en los que se produce una fractura del diente, el tratamiento dependerá de la altura a la que esta se produzca. Si se produce en la parte externa, es decir, en la corona, normalmente pueden ser tratadas, quizá siendo necesario tratamiento pulpar dependiendo de la extensión de la lesión. Si se producen en la raíz, será necesaria la extracción de la pieza afectada.
En caso de que se afecte el soporte del diente, es decir, que el movimiento produzca un desplazamiento del diente, generalmente puede ser tratado y llevado a su posición. Una situación excepcional se produce cuando el desplazamiento del diente es completo y el diente queda desplazado fuera del alveolo dentario, esto se conoce como avulsión dental. En estos casos prima la urgencia en el tratamiento más que en ningún otro.
Es imprescindible conservar el diente en un medio apropiado, como suero fisiológico, leche desnatada, saliva o la propia cavidad del diente y acudir en menos de una hora a la clínica dental para intentar salvar nuestro diente. Es importante recordar que en ningún caso el reimplante está garantizado, pues el éxito dependerá de cada situación clínica; y, sobre todo, tener en cuenta que no puede realizarse en dientes temporales.
El resto de lesiones deben ser evaluadas por el profesional, que comprobará las lesiones en tejidos blandos como los labios o las encías, las posibles fracturas óseas o el grado de afectación de la articulación debido al traumatismo.
En algunos casos, los efectos del traumatismo pueden observarse pasado un tiempo, debido a una lenta evolución de los síntomas. Si observamos que el diente comienza a oscurecerse o hay dolor de cualquier tipo, hay que tenerlo en cuenta y solicitar un diagnóstico por parte de un profesional. Es importante, por lo tanto, tener en cuenta que ante un traumatismo dental, la mejor decisión es acudir a revisión para realizar una evaluación y un seguimiento pautado por el profesional.
Ante esta, o cualquier otra situación de urgencia dental, estaremos encantados de recibiros para proporcionaros un tratamiento integral adaptado a vuestras necesidades. Mientras tanto, recordad que las recomedaciones actuales indican que las revisiones mínimo una vez al año permiten un diagnóstico precoz y tratamientos menos invasivos para vosotros, por lo que esperamos pronto vuestra visita.
Gracias por el consejo!
Interesante, siempre está bien saber qué hacer en esos momentos de nervios.